lunes, 20 de abril de 2009

Y andestuvísteis ?

Pues gracias a que llevábamos GPS podemos responder con exactitud a esa pregunta día por día con todo lujo de detalles.

31 de marzo

Desde el aeropuerto al hotel...


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2 de abril

Visita al Blue Lagoon ...


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3 de abril

De "Room with a view" a "Grundarfjordur hostel"


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4 de abril

Camino de Osar ...


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5 de abril

Destino Akureyri.


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6 de abril

Costeando hasta Ytra-Lon


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7 de abril

Richard nos espera en Seydisfjordur


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8 de abril

Cambiando Vagnnstadir por Hvoll. Adivina adivinanza ... a ver si sabéis donde hay un "peazo de tunel"


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9 de abril

Me cambio de Vik a Laugarvatn.


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10 de abril

The Golden Circle


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11 de abril

Tempranito hacia el aeropuerto que todo se acaba ...


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domingo, 12 de abril de 2009

El día D y la hora ... GMT+?

- Susana, ¡ son las 8:15 !
- Mmmhh , eh! ah? Ah, vale, me voy a la ducha.

Increíble, pero me he despertado antes que ella por una vez. Será el clima? La latitud?. En fin, yo a seguir durmiendo hasta que se duche. Menudo sueño gasto .. aaooooooohh

15 minutos más tarde.

- Ya estoy
- Vale, vale, ya me levanto. Gastaría la cama, pero hay que aprovechar. Hay alguien en el baño?
- No, no hay nadie.
- Pues entonces meo y desayunamos.
- Voy preparando el desayuno.

25 minutos más tarde.

-Que raro que no haya levantado nadie, no?
-Sí, qué hora llevamos.
-Ostras, no te lo vas a creer.
-El qué?
-Que el reloj lleva la hora española y si marca ahora las 9 de la mañana, quiere decir que ahora son las 7 de la mañana…y por tanto…
-Por tanto nos hemos levantado a las 6:15 ¡!
-Eso explica el que no haya nadie levantado, jajajaja

De Iceland09a


Después de desayunar y descojonarnos un rato decidimos aprovechar el error para salir temprano y exprimir bien el día, pero no sería ese el único error del día, tan sólo el primero….

Por la carretera 574 nos dirigimos hacia el oeste para rodear la península de Snaefellsnes visitando Ólafsvik, Rif, Hellissandur y después tratamos de subir hasta donde se pudiera al pico Snaefellsjökull. Ese fue el segundo error del día. En el camino de tierra (gravel road) había un aviso de la policía diciendo que tuviésemos mucho cuidado con las condiciones de la carretera y los cambios del tiempo, porque un error podría volverse grave demasiado tarde para reaccionar. Ante semejante aviso decidimos ir con precaución hasta donde se pudiese.

El camino estaba limpio y ascendía suavemente, pero a pocos metros había un repecho cubierto con un planchón de nieve. Llevábamos un 4x4, turismo, pero 4x4, así que prudentemente traté de pasar el planchón y a la mitad de su longitud el coche no pudo seguir. Di marcha atrás y pensé:

“Si ya hemos llegado hasta la mitad del planchón de forma suave yo creo que con un poco de impulso lo pasamos sin problemas. Sólo es nieve y ya hemos limpiado la primera mitad con el intento.”

Craso error. Cogí impulso y el planchón resultó ser más espeso y profundo en su tramo final.

De Iceland09a


El impulso sólo consiguió que el coche subiera por la nieve y quedase literalmente apoyado en los bajos con las 4 ruedas prácticamente en el aire sin posibilidad de tracción alguna. Ni ESP, ni 4x4, ni siquiera una “milagrosa” pala que estaba tirada junto al camino unos metros más adelante sirvieron de ayuda.

De Iceland09a


Tras 20 minutos de infructuosas paladas de nieve y tratar de meter piedras debajo de las ruedas para conseguir algo de tracción, la Susi se volvió hacia la carretera a buscar ayuda mientras yo seguía pensando en “qué cojones hacer”. Me leí el manual del coche 7 veces, desactivé el ESP y logré tener tracción en las 4 ruedas a la vez (al estar activado sólo dos respondían por lo general al detectar que el coche parecía patinar). Hubo una vez que incluso el coche pareció moverse un poco tras meter piedras bajo las ruedas. Pero el esfuerzo era a todas luces inútil. Y en esas estaba yo cuando reparé en que hacía ya rato, mucho rato que se había ido la Susi. Coño! Más de una hora. Cogí el móvil para mandarle un mensaje porque no se la veía por ninguna parte, pero me di cuenta de que su móvil estaba conmigo en el coche. Y empezó a llover.

Pues nada, dentro del coche, a esperar. Pero pasar así el tiempo, sin saber qué hacer y sin poder hacer nada no es un buen plan, y aunque era relativamente temprano (las 10:30), no era cuestión de echar a perder el día. Lo más seguro era que tendríamos que avisar y esperar a que vinieran a sacar el coche llamando al 112 de emergencias. ¡Vaya plan para el segundo día! ¿Y la Susi? ¿Dónde coño estaría la Susi?

Al final, desesperado empecé a caminar hacia la carretera. La posición del coche era tal que sólo se nos veía si hacíamos señas desde bastante lejos, porque desde el cruce entre la carretera principal y el camino no se veía el coche para nada. Estando de camino vi acercarse dos todo-terreno y me puse a saltar como loco para que me vieran. Lo conseguí y les expliqué la situación. Cuando el amable “salvador” estaba a punto de bajarse para coger una cuerda de su maletero y tirar de nuestro coche, al volver la vista …

De Iceland09a


… al volver la vista me encontré de frente con un enorme “big feet” del que se estaba bajando la Susi descojonada perdida. A los dos fornidos y rubios islandeses (en mangas de camisa los cabrones, y yo con 3 capas de abrigo) les costó medio minuto de reloj sacarnos del entuerto. Vergonzoso. Desaparecimos de allí como alma que lleva el diablo prometiendo no volver a infravalorar un planchón de nieve nunca jamás. Los dos todo-terreno y el big feet continuaron por el camino hacia el pico Snaefellsjökull, como si nada. Tiene bemoles la cosa, oiga!

Total, que llegados a ese punto, el par de horitas que habíamos ganado levantándonos a las 06:15 las perdimos jugando a los rallies.

Decidimos sobreponernos y seguir riéndonos mientras invocábamos la famosa frase del Bertine:

“Vuzotro rierze rierze …”

Las penas sonreídas son menos doloridas cuando no puedes compartirlas.

El resto del día lo planteamos de relax … al menos inicialmente. Quedaban más errores …

De Iceland09a


Comimos en Ólafsvik, en un hotel-restaurante y le preguntamos al amable camarero sobre los fiordos del noroeste (Westfjörds). Las carreteras estaban mal por la nieve y siempre iban costeando. Era una paliza plantearse llegar hasta allí, pero nos dijo que al menos hasta Reykjanes podríamos llegar en hora y media sin problemas, y que allí podríamos hacernos una idea del paisaje de los fiordos. En Islandia las horas no deben durar lo mismo que en España, porque tardamos casi dos horas en llegar hasta Holmavik que estaba bastante antes que el destino propuesto. Y las carreteras no estaban para correr…

Después de llevar un rato conduciendo la Susi (yo estaba reventado después del inútil esfuerzo con la pala en la nieve) me desperté oyendo un extraño ruido. Pensé que era de la radio, pero al apagarla lo notamos los dos en toda su extensión. Un chillido horrible, atronador, como de piezas metálicas rozando y chirriando a lo bestia. Estábamos en un camino de tierra y la Susi al escucharlo en toda su intensidad paró el coche y me cedió amablemente los mandos. El coche parecía responder bien de motor, frenos, estabilidad, pero el ruido estaba claramente localizado en la rueda trasera izquierda. ¿Qué cojones pasaba? Pensé que habíamos quemado los frenos, gastado las pastillas, destrozado el sistema ABS y ESP y la madre que los parió a los dos, durante los infructuosos esfuerzos por sacar el coche del planchón.

Pero la realidad era que salvo por el ruido el coche iba perfectamente. Y además el ruido iba y venía intermitentemente. Tuvo que ser un espectáculo digno de ver (y oír) cuando entramos en el tranquilo y apacible pueblo pesquero de Holmavik atronando con el chirrido de la rueda.

De Iceland09a


En la gasolinera nos pusieron todo tipo de caras de incredulidad y si añadimos a eso las dificultades que tuvimos para tomarnos un simple café y descubrir los surtidores de gasolina autónomos (que funcionan con tarjeta), yo mismo me hubiera puesto a cubierto al vernos aparecer por allí.
Salimos del pueblo a todo ruido y despertando a todo bicho viviente. Se nos echaba la noche encima, el hostel estaba “a tomar por culo” y me estaba temiendo lo peor: “que el coche nos dejara tirados en medio de la nada”.

Deshaciendo el inútil camino que nos había llevado a Holmavik, y escuchando cada dos por tres el horrible sonido que nos acompañaba, llegamos casi hasta Bordeyri donde decidí parar el coche y averiguar “que leches pasaba”. Hice que la Susi avanzara y retrocediera varias veces despacito para tratar de identificar el ruido y por fin di con el problema: Detrás del disco de freno, a modo de protección , había una placa metálica solidaria con el eje del disco. Entre el disco y la placa habían entrado piedrecitas (probablemente durante el episodio del planchón) y estaban rascando a voluntad montando la escandalera padre. Menos mál que la placa era maleable y separándola por varios puntos cedía y pude sacar las irrisorias 3 piedrecitas causantes del tremendo ruido.

De Iceland09a


Mano de santo, oiga. Continuamos con más tranquilidad hacia el pueblo donde estaba el siguiente hostel. ¿He dicho “estaba”? Pues corrijo, quise decir “creía que estaba”. Nos la prometíamos muy felices llegando a Hvammstangi, buscando y preguntando por el hostel. No estaba allí. Estaba a unos 30 km más al norte, en una granja llamada Ösar, por una “gravel road again”. Totalmente de noche. Si es que no era nuestro día. Menos mal que el amable “hoster” nos estaba esperando (previa llamada claro) y pudimos acostarnos entre risas después de la paliza del “segundo día”.

Dejad de reíros .

miércoles, 8 de abril de 2009

Fotitos ...

Como veis que nos cuesta mucho escribir ( y acordarnos de todos los nombres mucho más) hemos decidido ir colgando las fotos (los vídeos ocupan demasiado) en un album de Picasa, y así podéis ir viéndolas hasta que podamos escribir para contaros algo de cada una.

Además hemos tratado de ubicarlas geográficamente en el lugar donde fueron tomadas (más o menos, hay sitios que no nos acordamos ni nos acordaremos, que es peor).

Primera Parte (NORTE):

Iceland09a


Segunda parte (SUR):

Iceland09b


Que las disfrutéis tanto como nosotros haciéndolas.

martes, 7 de abril de 2009

Descubriendo "closed roads"

¡Hola de nuevo! Ahora me toca a mí relataros un poco las andanzas por la pequeña gran desconocida tierra de hielo. El objetivo fundamental del viernes 3 de abril era explorar la parte oeste de la isla (West Iceland). Comenzamos la ruta sin presión (a eso de las 10 de la mañana). En un primer momento me vine arriba y empecé a conducir yo el “peaso” de vehículo que habíamos alquilado, pero desde que ví que el concepto de autovía no lo tenían muy interiorizado por estas tierras, decidí que iba a tener chofer particular…¡Madre de dios qué carreteras! Y lo bueno no había empezado todavía…

La primera parada la hicimos en Akranes, un pueblo pesquero (como todos aquí) pequeñito pero muy bonito.Llegamos allí tras atravesar el túnel de Hvalfjörður. Nos tomamos un café en un sitio precioso, regentado por una tal “María” que nos explicó todo lo que teníamos que ver del pueblo y de la zona. El bar era como el salón de una casa, con sofás, tele, un parque para niños, cuentos infantiles… ¡alucinante!.



Nuestro siguiente objetivo era ir hacia Kaldidalur pero en ese momento tuvimos el primer contacto con la bonita señal de “Impassable”. Aquí en mitad de una carretera te plantan una señal de prohibido y se quedan tan anchos. Tras este intento y como estábamos sintiendo el pellizquito (frase lema del viaje) entramos en un bar que había en mitad de la nada (Þinvédir) a comer algo. Lo único que tenían eran “hot dog”, así que como a buen hambre no hay pan duro, jornadas del colesterol “pa” dentro.

Posteriormente, hicimos una paradita en Borgarnes, otro pueblecito pesquero con unas vistas impresionantes para tomarnos otro café ejej. No sé ni cómo podemos dormir con estas sobredosis de cafeína! (la verdad es que el café islandés está de muerte). Después de camino hacia Húsafell, fuimos a ver unas cascadas impresionantes llamadas Barnafoss and Hraunfossar.

De Iceland09



De vuelta a Borgarnes, vimos que salían unos "vapores sulfurosos" del suelo y nos acercamos a ver a quién estaban quemando..., pero no es que aquí salen vapores y aguas calentitas de everywhere! El lugar se llamaba Hvitá y olía a huevos cocidos como todas las aguas calentitas del país.
De Iceland09


En Borgarnes hicimos la compra para dirigirnos al primer hostel en el que nos íbamos a quedar: Grundarfjorður.

Llegamos al hostel a las 20 horas aproximadamente y nos dimos un paseíto por el pueblo y a la piltra que al día siguiente nos esperaba una aventura mañanera… y hasta ahí puedo leer…

lunes, 6 de abril de 2009

En la bahía del humo?

La pequeña capital de Islandia tiene mucho que ofrecer. Como casi toda ciudad fría que se precie, goza de multitud de cafés (que no bares) donde tomarse un buen reconstituyente calentito y pasar horas y horas (literalmente) leyendo, estudiando, conectado a Internet (casi todos tienen conexión). El primer día por la noche fuimos a uno bastante pintoresco, el “Kofi Tomasar Fræenda”, donde probamos nuestra primera cerveza islandesa (Egill) con un sándwich y una especie de bocadillo de queso brie. Todo muy recomendable.

Antes de irnos a la cama probamos otro enfrente del hotel, llamado “Kaffi Hljómalind” donde engordamos la panza con un chocolate caliente, un enorme y golosón pastel de chocolate y un té de mango y naranja. Y os equivocáis. El chocolate me lo tomé yo y el té Susana. Eso sí, el pastel corrió a cuenta de ambos.

Al día siguiente (miércoles 1 de abril) descubrimos que “Correos” en islandés es “Posturinn” (o algo así). Desde entonces si alguien hace alguna postura extraña nos preguntamos si será carter@ de profesión. Fuimos a la oficina de turismo, que otra vez nos pillaba totalmente a desmano (creo recordar que en la misma calle) y cogimos una guía que no usamos, porque teníamos un libro-guía de “Lonely Planet” del que extrajimos una pequeña ruta histórica por el centro de la capital.

Siguiendo esa ruta vimos unas casas de madera donde se vendían halcones para la aristocracia europea y otra que sirve de inicio de numeración para el resto de casas.
Luego estuvimos en una plaza donde hay un par de “tubitos” que humean gracias a la geotermia (preciosa palabra pero que huele a huevos cocidos).

Y después el “Museo del Asentamiento” donde conocimos un poco la historia del país y que está construido sobre los restos de la primera cabaña habitada conocida del país. Muy recomendable. Tras el museo estuvimos en la plaza donde se supone que llegó Ingolfur Arnarson y cultivó sus campos de heno. Por lo que se ve le debió coger gusto al tema y se dedicó a sembrar el país entero, porque no hemos visto otra cosa en cuanto a vegetación. A lo de “puto páramo” podéis añadirle: “el paraíso del forraje”. Más cositas: la catedral de Islandia. Sí, sí, he dicho Islandia, aunque estoy casi seguro de que cualquier pueblo español tiene una iglesia más grande y coqueta. Aquí las iglesias las hacen con molde (salvo algunas contadas que son para nota) y son muy sobrias. Tras ver una maqueta en 3D del país junto al lago Tjörn, nos echamos un cafecito (creo que desde entonces no he bebido otras cosa en este viaje) y nos fuimos a visitar a una compi de Susana en la Universidad de Reykiavik.
Con ella (no me pidáis que recuerde su nombre) estuvimos tomando otro café (el segundo y sin azucar…arrrgghhh!) además del típico “Donut islandés” y otro pastelito. Estuvimos charlando más de hora y media sobre el país, su situación económica actual, historia, costumbres … vamos, hasta me llegó a preguntar si me dedicaba a las humanidades, yo que no siquiera me sé los reyes españoles (¿hubo otros aparte de los católicos y el actual?). Hablamos de cosas curiosas. Una de ellas es que la población de todo el país ronda los 300.000 habitantes, y cuando la gente coge vacaciones les suelen sustituir los estudiantes desde edad muy temprana (a partir de los 12 años). Eso explica bastante bien el grado de civismo que hemos encontrado por aquí. Un chaval no creo que se plantee ensuciar la ciudad porque probablemente sabe que le tocará limpiarla algún verano con casi total seguridad. Esta situación les ha traído algunos problemas con la Unión Europea (¿explotación infantil?) pero aquí es una costumbre bastante común y arraigada, por lo que no es nada extraño ni abominable. La crisis ha hecho tambalear estas costumbres y ahora los jóvenes suelen estar con becas en verano porque no hay trabajo para todos. El motor económico sigue siendo la pesca, pero la balanza económica no cuadra desde que la corona ha perdido su valor y las importaciones se vuelven carísimas. Todo salvo el pescado se importa por aquí y están teniendo serios problemas. Tras la charla comimos cerca del puerto en un bar italiano “Hornið” donde probamos platos islandeses (no era muy italiano la verdad): sopa de cebolla francesa, ensalada y trucha con polenta. Después fuimos al Hostel de Reykjavik para avisar de que queríamos un coche 4x4 por si las moscas, ya que al parecer el norte podría no estar demasiado practicable con un pequeño “Toyota Yaris”. Pedimos algo más grande para recoger al día siguiente y acto seguido nos fuimos a una de las piscinas de la ciudad “Laugardalslaug “ (la más grande). La piscinita es “outdoor” con aguas geotermales (y su olorcito particular). Toda una experiencia. Echamos hasta un “patatero” (la Susi dice “pachanguita”) con una canasta en una de las piscinas (vaaaaale Susi, pongo bien claro que ganaste tú, pero no llevaba gafas, aunque tú tampoco….en fin, que sí que me ganaste, pesada!!). Y después a comeeeer de nuevo. La mejor sopa de la ciudad en “Svarta Kaffið “ servida dentro de un enorme bollo de pan y regada con otro “cervezón” (palabro que sustituye al concepto cervecita por aquí, no sólo por el tamaño de la bebida sino también por el precio, pueden cobrarte 6 euros por cada una sin despeinarse). De ahí, muy pero que muy relajaditos, quisimos ver ua peli islandesa que nos prestaron en la recepción del hotel (la habitación tenía hasta DVD) pero no nos entraron más de 25 minutos de “Los ángeles del universo” y el sobre nos absorbió. Sueeeeeeño. El jueves Susana tenía que dar sus clases. Un arduo trabajo que le llevaría 3 horas con un descanso de una hora. Agotador como podéis imaginar. Antes de eso nos fuimos a ver el “Museo de las Sagas” en lo alto de un parque y en lo que antes eran los depósitos de agua de la ciudad. Lo que se conoce de la reciente historia de Islandia está recogido en unos escritos llamados “Sagas”. Hay cuatro principales y recogen las costumbres y hechos más relevantes de las distintas partes del país. De los nombres particulares ni me acuerdo (San Google and Wikipedia al rescate!!) Tras salir al mirador del museo y casi morir de viento (literalmente) tomamos un café (creo que me he saltado alguno pero para que veáis el ritmo que llevábamos) y después Susana se fue a sus clases y yo a recoger el coche. De un Toyota Yaris nos pasaron a un Skoda Octavia, más largo que un día sin pan, pero 4x4. Sigo pensando que es muy grande y que le gustan los “planchones”, ya sabréis porqué, que sois unos impacientes. Con el coche recogí a la profe de sus clases y para bajarle el estrés (inexistente a todas luces) nos fuimos al “Blue Lagoon” en medio de una tarde “horrible”. Viento, lluvia a ratos aguanieve…en fin, que casi se nos quitaron las ganas, pero al final mereció la pena estar dentro de un lago azul pastel a 38 grados y cubierto de vapor con la que estaba cayendo alrededor. Por supuesto todo al aire libre, ¡¡con dos cojones!!. Si venís a Islandia el Blue Lagoon es imprescindible. Como dice la guía se le puede echar en cara el precio (unos 20 euros) pero es impresionante, de verdad (lástima que no pudimos echar fotos) Tras el relax y sin mucho alimento en el cuerpo decidimos ir a probar uno de los cafés que nos cerraban pronto siempre y que se nos resistía, el “Babalú”. Es un sistio muy acogedor y entrañable donde Susana decidió unilateralmente sustituir alimento por “cervezón” again. Y claro de ahí al “runtur” (empezad a buscar en la Wiki porque tendréis que averiguar lo que es) sólo hay un paso. Hicimos un ensayo general bastante aceptable en el bar “Hressingarskalinn” y acabamos rellenando el “pellizquito” de hambre en “Nunnabiti”. El pellizco fue reabsorbido de inmeadiato, os lo aseguro. Menuda “pechá” de bocata (y correspondiente cerveza por supuesto). A la cama creo que llegamos a las 2 de la mañana. Y al día siguiente había que coger coche para empezar a explorar el mundo fuera de Reykjavik. Pero eso queda para el siguiente capítulo. Aguantad el “pellizquito” ;)

jueves, 2 de abril de 2009

¿Y quién es Ingólfur?

Todo a su tiempo chic@s, todo a su tiempo ...

Antes hay que "ilustrar" nuestra llegada a este país. El viaje de Londres a Reykjavik dura unas 2 horas y media.



El aeropuerto internacional está situado en Keflavik, a unos 45 km al oeste de Reykjavik. Es un aeropuerto a 8 vientos (información extra para los frikiplanes) lo cual debe daros una idea de que aquí el concepto viento no tiene nada que ver con "brisa".



De hecho en los partes meteorológicos es tan importante el viento como la temperatura, por aquello de las sensaciones térmicas.

Al aproximarnos a Keflavik nuestra sensación fue : "Esto es un puto páramo". Y la verdad es que el paisaje era así. Un páramo helado. Nevaba y hacía viento. Vamos, entrada triunfal en Jerusalén.




Al llegar cogimos un flybus que nos dejó, previa escala, en la misma puerta del hotel RoomWithAView.



Desde allí nos costó muchísimo llegar al centro de la ciudad ;).




Cuando nos quisimos dar cuenta, la calle del apartahotel (Laugavegur) era ella misma el centro de la ciudad, y a poco que te muevas te sales de la ciudad.



Salimos a comprar algo de comer para poder desayunar en el mismo apartamento y después nos dimos un corto paseo por la ciudad porque el clima, la verdad, no acompañaba.



Os dejamos también un pequeño vídeo del lago Tjörn, donde viven unos patos mecánicos y articulados que parecen realmente de verdad, porque con esas temperaturas ... (dice la Susi que son de verdad, pero yo sigo sin creérmelo).




La explicación de quién es Ingólfur que os la publique el Bertine como comentario que ya se la sabe...tendréis que echarnos una mano, ¿no?

Pequeña Miss Reykjavik

Pues desde los 66º N de este país (hay una tienda de ropa de abrigo medio deportiva con ese nombre, que es carísima) os saludamos y damos la bienvenida a este blog que más de uno nos habéis pedido.
Reykjavik es una ciudad pequeña y acogedora, muy segura y amable, aunque si hace viento, nieva y la temperatura es baja, la sensación de frío puede ser difícil de superar.

Trataremos de describir lo que vamos haciendo día a día para que algunos como Salvi, que vienen en verano, tengan referencias de nuestros errores y aciertos.

Para empezar, y aunque no tenga nada que ver con Islandia, aunque sí con la madre tierra y el respeto que le debemos (el día 22 de abril es su día) os dejo la que , gracias al Sr. Flix (que debería estar por aquí con nostros.. =( ) se ha convertido en la melodía el viaje .... MOVING !!